Cuando hablamos de entrenar bien, solemos pensar en la técnica, la constancia o el descanso. Pero hay un factor silencioso que muchas veces se subestima y puede marcar una gran diferencia en cómo nos sentimos y rendimos: la hidratación.
Con las altas temperaturas, nuestro cuerpo pierde más líquido del habitual, incluso sin que lo notemos. Esa pérdida constante, sumada a la que ocurre durante el ejercicio, puede afectar directamente nuestro rendimiento físico y mental.
¿Por qué es tan importante hidratarse?
Durante la actividad física, transpiramos para regular la temperatura corporal. En ese proceso no solo perdemos agua, sino también minerales esenciales como sodio, potasio y magnesio.
Si no reponemos esos líquidos, podemos experimentar:
- Fatiga anticipada
- Dolores de cabeza
- Calambres musculares
- Mareos o sensación de debilidad
- Disminución de la concentración y la coordinación
Y lo más importante: la deshidratación leve ya afecta el rendimiento, aunque todavía no sintamos sed. Por eso, la hidratación debe ser preventiva, no reactiva.
3 claves para una buena hidratación
1. Antes del entrenamiento
Toma entre 1 y 2 vasos de agua (200–400 ml) unos 30 minutos antes de empezar. Esto prepara al cuerpo y evita comenzar el ejercicio en déficit.
2. Durante la actividad
Hidrátate con pequeños sorbos cada 15–20 minutos. Si entrenas más de 45 minutos, especialmente con calor, puedes incorporar bebidas con electrolitos para reponer sales.
3. Después de entrenar
Repón los líquidos perdidos. Un buen indicador es el color de tu orina: si es clara, estás bien hidratado/a; si es oscura, te falta agua. También puedes pesarte antes y después del ejercicio: por cada kilo perdido, se recomienda tomar 1.5 litros de agua.
Tip extra de C+:
Lleva siempre tu botella reutilizable, identificada con tu nombre. En el club tenemos puntos de hidratación para recargarla cuando necesites. ¡Hazlo parte de tu rutina como el calentamiento o los estiramientos!
Recuerda: mantenerse bien hidratado no solo mejora el rendimiento físico, también ayuda a prevenir lesiones y a sentirte con más energía y claridad mental.
Toma agua. Tu cuerpo te lo va a agradecer.
